Diabetes de tipo 2: desayunar antes de las 9 de la mañana reduce el riesgo

La diabetes de tipo 2 es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre debido a una resistencia o una deficiencia de la hormona insulina, que se encarga de facilitar el transporte de la glucosa desde la sangre hasta las células, donde se utiliza como fuente de energía. La diabetes de tipo 2 se asocia con factores de riesgo modificables como una dieta poco saludable, la inactividad física o el tabaquismo. Pero hay otro factor que puede ser importante: la hora a la que se come. En este artículo, vamos a ver cómo afecta la hora del desayuno a los niveles de azúcar e insulina en sangre y cómo comer pronto puede reducir la incidencia de la diabetes de tipo 2.

¿Cómo afecta la hora del desayuno a los niveles de azúcar e insulina en sangre?

El desayuno es la primera comida del día y tiene un impacto significativo en el metabolismo y los ritmos circadianos, que son los ciclos biológicos que regulan el funcionamiento del organismo a lo largo del día y la noche. El desayuno ayuda a romper el ayuno nocturno y aporta nutrientes y energía para iniciar el día. Además, el desayuno influye en los niveles de azúcar e insulina en sangre, que son dos indicadores clave para el control de la diabetes.

El nivel de azúcar en sangre es la cantidad de glucosa que hay en el torrente sanguíneo en un momento determinado. El nivel normal de azúcar en sangre en ayunas es entre 70 y 100 miligramos por decilitro (mg/dl). Después de comer, el nivel de azúcar en sangre aumenta y puede llegar hasta 140 mg/dl. El nivel de insulina en sangre es la cantidad de hormona insulina que hay en el torrente sanguíneo en un momento determinado. La insulina se encarga de facilitar el transporte de la glucosa desde la sangre hasta las células, donde se utiliza como fuente de energía. El nivel normal de insulina en sangre varía según la persona, pero suele estar entre 2 y 20 microgramos por litro (µg/l).

La hora del desayuno afecta a los niveles de azúcar e insulina en sangre porque determina el tiempo que transcurre entre el ayuno nocturno y la primera ingesta de alimentos. Cuanto más tarde se desayuna, más tiempo se prolonga el ayuno nocturno y más se alteran los ritmos circadianos. Esto puede provocar una mayor resistencia a la insulina, es decir, una menor capacidad de las células para responder a la acción de esta hormona y utilizar la glucosa como fuente de energía. Como consecuencia, se produce un aumento del nivel de azúcar en sangre, lo que puede favorecer el desarrollo de la diabetes de tipo 2.

Varios estudios han demostrado que comer pronto reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona y del Institut National Santé e Investigación Médica (INSERM) de Francia, publicado en la revista Diabetes Care, analizó los datos de más de 4.000 personas de España y Francia durante cuatro años. Los resultados mostraron que las personas que desayunaban antes de las 9 de la mañana tenían un 12% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que las que desayunaban después de las 10 de la mañana. Además, las personas que desayunaban antes de las 9 de la mañana tenían un nivel más bajo de azúcar e insulina en sangre que las que desayunaban después de las 10 de la mañana.

Otro estudio realizado por investigadores del Centro Alemán para la Investigación del Diabetes (DZD) y el Hospital Universitario de Tübingen, publicado en la revista The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, analizó los datos de más de 1.000 personas con sobrepeso u obesidad durante seis semanas. Los resultados mostraron que las personas que desayunaban entre las 6 y las 8:30 de la mañana tenían un nivel más bajo de azúcar e insulina en sangre que las que desayunaban entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana. Además, las personas que desayunaban entre las 6 y las 8:30 de la mañana tenían una mayor sensibilidad a la insulina, es decir, una mayor capacidad de las células para responder a la acción de esta hormona y utilizar la glucosa como fuente de energía.

Estos estudios sugieren que comer pronto puede ser una medida preventiva para reducir el riesgo de diabetes tipo 2, ya que ayuda a mantener unos niveles adecuados de azúcar e insulina en sangre y a mejorar el funcionamiento del metabolismo y los ritmos circadianos.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar en la sangre debido a una resistencia o una deficiencia de la hormona insulina. La diabetes tipo 2 se asocia con factores de riesgo modificables como una dieta poco saludable, la inactividad física o el tabaquismo. Pero hay otro factor que puede ser importante: la hora a la que se come. Varios estudios han demostrado que comer pronto reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, ya que ayuda a mantener unos niveles adecuados de azúcar e insulina en sangre y a mejorar el funcionamiento del metabolismo y los ritmos circadianos. Por lo tanto, se recomienda desayunar antes de las 9 de la mañana para prevenir o controlar la diabetes tipo 2.

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